El impacto negativo del tabaquismo en la salud humana ha sido una preocupación constante para la Organización Mundial de la Salud (OMS), que lleva décadas informando sobre los efectos perjudiciales y mortales que tiene esta adicción a nivel mundial. Con más de 8 millones de muertes atribuidas al tabaquismo cada año, de las cuales 1,3 millones son resultado de la exposición al humo ajeno (los llamados fumadores pasivos), las alarmas sobre los riesgos asociados con este hábito se han intensificado en la esfera pública gracias a historias como las que os traemos hoy.
En 2010, la historia del niño indonesio Ardi Rizal conmocionó al mundo cuando se supo que, a la temprana edad de 18 meses, fumaba alrededor de 40 cigarrillos al día. La sorprendente revelación desencadenó una urgente llamada de atención sobre la gravedad de la adicción al tabaco, especialmente en una persona tan joven y vulnerable que, además, estaba siendo expuesta en Internet como un ‘mono de feria’. Una situación terrible se mire por donde se mire.
Adicto por culpa de su padre
La adicción de Ardi al tabaco se originó a partir de un regalo de su padre, quien le ofreció su primer cigarro y luego fomentó que siguiese fumando a lo largo del tiempo. La madre del niño, Diane, recurrió al Gobierno en busca de asistencia y apoyo para lidiar con esta situación alarmante.
En una entrevista con ‘CNN’ en 2017, Ardi compartió su desafío al intentar dejar de fumar, describiendo los efectos físicos y emocionales que experimentó en el proceso. «Fue difícil para mí dejar de fumar. Si no fumo, mi sabor en la boca es amargo y mi cabeza se marea», expresó el joven, describiendo lo que a todas luces es el síndrome de abstinencia o «mono»… solo que en un niño de 8 años.
La lucha de Ardi por superar su adicción al tabaco se vio acompañada de desafíos adicionales, según reveló su madre en una entrevista con ‘Daily Mail’ en 2013. Después de su primer intento de dejar de fumar, el niño experimentó cambios en su comportamiento y su salud: «exigía muchos juguetes. Empezaba a estrellarse la cabeza contra la pared. Estaba loco y se hacía daño si no conseguía un cigarrillo».
Ardi luchaba con la ansiedad y la compulsión alimentaria, consumiendo alimentos poco saludables: «Además, se alimentaba con comida chatarra, se tomaba hasta tres frascos de leche condensada al día», reveló su madre respecto a aquella complicada etapa de su vida.
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A pesar de estos desafíos, Ardi ha logrado superar su adicción al tabaco y recuperar un equilibrio en su vida a los 15 años. Adoptando una dieta saludable con pescado y verduras, ha compartido mensajes de apoyo y superación personal, destacando la complejidad y la importancia de superar una adicción. Su historia sirve como un recordatorio de los peligros del tabaquismo y la importancia de abordar esta problemática de salud pública desde una edad temprana.
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Fuente: Sport.
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