Gaorbea es una de las creadoras de contenido más queridas en redes sociales… y con razón. Ella, que acostumbra a contar cosas que le ocurren en su día a día, ha compartido recientemente una reveladora reflexión a través de un video recientemente publicado en su perfil de TikTok. En este emotivo relato, la popular creadora de contenido detalló dos experiencias contrastantes que vivió en el transcurso de un solo día, durante visitas a dos restaurantes diferentes.
Con un tono lleno de franqueza y sinceridad, Gaorbea relató la primera situación, que ocurrió en un restaurante al que acudió con su hijo. Además de disfrutar de una comida en el establecimiento, su hijo insistió en que le comprase un juguete de una máquina expendedora de esos que valen un euro.
Tras ese primer juguete, su hijo le pidió un segundo euro para comprar otro. Ella accedió, pero ese segundo juguete que obtuvo resultó estar defectuoso. Al informar a la camarera sobre el problema, esta lo trasladó a la presunta propietaria del local. Para su decepción, la respuesta fue desalentadora, ya que le indicaron que no podrían hacer nada al respecto.
Mala (o nula) gestión de un problema
«Ha ido y le ha explicado que el juguete que había sacado estaba roto. Se lo ha enseñado y la camarera se lo ha dicho a una mujer que estaba en la barra, que sería la dueña del local. Ella le ha dicho al crío que no podía hacer nada», explicó la creadora de contenido.
Esto, a Gaorbea, no le gustó nada: «Estamos hablando de un euro y nos ha parecido un detalle feo. A mí personalmente me ha parecido un detalle feo, porque al fin y al cabo la máquina no será suya, pero te quedas con el juguete roto, le das un euro, el crío se saca otro juguete y quedas como Dios con nosotros. Luego con el dueño de la máquina ya le dices que estaba roto».
@gaorbea Un par de cositas que nos han pasado hoy, que no van a ningún sitio, pero que te enseñan lo diferentes que somos y de qué manera tan distinta se puede llevar un negocio. #anécdota #storytime #bar #bares #cosasquepasan #esunabobada #detallesfeos #detallazos #gente ♬ For videos! Rejector weakness system – MoppySound
A pesar de este contratiempo, lograron reparar el juguete defectuoso, lo que permitió que el niño continuara disfrutando de su tiempo en el restaurante… sin la más mínima ayuda de los responsables del restaurante.
Cómo cambian las cosas
Eso sí, la segunda situación que contó Gaorbea relató la segunda situación, que ocurrió en un bar al que visitaron para disfrutar de una taza de café. «Es es la segunda vez que vamos allí en nuestra vida, es decir, es imposible que la señora se acuerde. Hemos tomado un Cola Cao, un caña, una Coca Cola y un descafeinado, que lo quería con leche de soja».
«Como no tenía la leche de soja, la mujer se ha ido a su casa y la ha traído para ponerme un descafeinado de soja. Hemos comprado además un paquete de palomitas Jumpers y un mosto y, cuando nos lo hemos comido, le hemos dicho que fuera a por otra bolsa», detalló la influencer.
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Con un tono de fascinación y asombro, Gaorbea destacó la interesante disparidad entre las prácticas de gestión de los dos establecimientos, lo que resulta, como mínimo, llamativo. Su relato sirvió como recordatorio de cómo pequeños gestos de amabilidad y consideración pueden marcar una diferencia significativa en la experiencia de los clientes.
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Fuente: El Huffpost.
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