La dura carta de Antonia, mujer de la expareja de Rosa Peral, tras las acusaciones recibidas

El pasado viernes se estrenó en Netflix de forma simultánea ‘El cuerpo en llamas’ y ‘Las cintas de Rosa Peral’, dos documentos visuales (el primero una serie ficcionada y, el segundo, una suerte de documental) sobre el conocido como ‘Caso de la Guardia Urbana de Barcelona’.

La historia de los implicados ya la conocéis de sobra, por lo que hoy nos centraremos en otra cosa: el ruido que lleva generando este asunto todos estos días. Y es que, como era de prever, todo lo relacionado con este caso se ha vuelto a reavivar con la llegada de los especiales de Netflix.

Descontento con las palabras de Rosa

La cosa es que, ahora, Antonia, la mujer del exmarido de Rosa, ha salido para denunciar las graves acusaciones que Rosa Peral vertió sobre ella durante su documental: «Lo que dijo Antonia, eso sí que es lo que a mi me ha metido en prisión”; esta es la frase, lógicamente, ha generado un fuerte malestar en la señalada.

Recordemos que Antonia fue testigo en juicio y, de alguna forma, hizo de ‘vocal’ de una de sus hijastras que, supuestamente, presenció parte del crimen y vio a su madre ensangrentada, además de a Pedro en una especie de ‘estado de narcolepsia’.

No está conforme con las posibles interpretaciones

Ahora, en una carta pública, Antonia denuncia que: «Rosa da a entender de forma malintencionada que mi declaración como testigo ES FALSA, inventándome un relato para condenarla. No puedo permitir que se me acuse de falso testimonio en un juicio de unos hechos tan graves. Me ratifico nuevamente y al 100% en todas mis declaraciones«. Y añade: «daría lo que fuera por no haberme visto involucrada jamás en algo así, pero muy especialmente por que la niña que cada día cuido, educo, alimento, ayudo a crecer, y amo como si fuera mi hija, no hubiera tenido que presenciar unos hechos tan horribles».

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También debemos recordar que el testimonio que prestó Antonia en el juicio finalmente no fue admitido por el tribunal. Ella defiende que Rosa fue condenada por muchas otras cosas que, por el motivo que sea, no aparecen en el documental. Así pues, asegura verse «en la obligación de responder, por alusiones, a las graves y desafortunadas acusaciones que la protagonista» hace contra ella.

Respecto al divorcio de Rosa y Rubén, ella asegura haber intentado «mediar entre ambos para rebajar la tensión», llegando a incluso reprocharle a él cosas que, según ella, no estaban bien. «Desde la desaparición de Pedro y hasta la detención de Rosa, le mostré mi máxima comprensión y afecto, llamándola constantemente», aseguró la afectada.

Aquí os dejamos la carta íntegra:

Después de haber visto el documental LAS CINTAS DE ROSA, deseo expresar que me parece tan desacertado como innecesario que aparezcan imágenes mías, de Rubén y de personas que merecen derecho a salvaguardar su imagen, especialmente la de dos menores…

Me veo en la obligación de responder, por alusiones, a las graves y desafortunadas acusaciones que la protagonista hace contra mi persona, por lo que deseo aclarar que Rosa y yo NO nos llevábamos mal, tal y como ella explica, y quiero contextualizar la situación respecto a sus palabras:

-“Ni me llevaba ni me llevo bien”-“Aprovechaba el tiro para decir: Ahora es el momento para fastidiarla”-“Ya no ha podido tirar para atrás porque (le han dicho) ‘si tiras para atrás la que va a entrar en prisión eres tú’ ”-“lo que dijo Antonia… …eso si que es lo que a mi me ha metido en prisión”

Conozco a Rosa en diciembre de 2016, poco después de que ella y Rubén rompen la relación, y a petición mía nos reunimos en un parque los tres adultos con nuestros hijos, con la intención de que ella me conozca y pueda estar tranquila respecto a la mujer que va a convivir con sus hijas, como a mí me gustaría que en su situación me pasase.

Si bien es cierto que la relación entre Rubén y Rosa después de esas fechas era mala, durante los trámites de divorcio, yo siempre he intentado mediar entre ambos para rebajar la tensión, escuchando las quejas que Rosa me exponía acerca de Rubén, e incluso reprochándole a él si había alguna actuación suya que no me gustaba según lo que ella me contaba.

Desde la desaparición de Pedro y hasta la detención de Rosa, le mostré mi máxima comprensión y afecto, llamándola constantemente para saber como se sentía, y ofreciéndole incluso venir a mi casa si ella lo deseaba para sentirse mejor, ya que consideraba que estaba pasando por un auténtico calvario tras la muerte de su pareja.

He llegado incluso al punto de sentarme en una mesa a comer con los padres de Rosa, con la intención de crear un buen clima familiar para que las niñas se sintiesen cómodas.

No fue hasta después de mis declaraciones (en las que obviamente sale perjudicada), en sede judicial y con Rosa ya en prisión, en las que me convierto junto a Rubén en objetivo de su ira.Queda claro que su ingreso en prisión no está relacionado ni condicionado a mis declaraciones como testigo.

Haciendo un esfuerzo puedo comprender que sus palabras van encaminadas a formar una estrategia de defensa de cara a la opinión pública, pero SE HA EQUIVOCADO utilizándome a mí como chivo expiatorio.

Rosa da a entender de forma malintencionada que mi declaración como testigo ES FALSA, inventándome un relato para condenarla.

No puedo permitir que se me acuse de falso testimonio en un juicio de unos hechos tan graves.

Me ratifico nuevamente y al 100% en todas mis declaraciones.

Daría lo que fuera por no haberme visto involucrada jamás en algo así, pero muy especialmente por que la niña que cada día cuido, educo, alimento, ayudo a crecer, y amo como si fuera mi hija, no hubiera tenido que presenciar unos hechos tan horribles.

Por último, esperamos que este erizo te alegre el día: