El experto en nutrición Roberto Vidal ha dado a conocer los resultados obtenidos tras someter a pruebas de laboratorio varias muestras del popular postre de stracciatella con mayor contenido proteico comercializado por una conocida cadena de supermercados (Mercadona, vamos).
El propósito de la evaluación, según explica Vidal, era analizar detalladamente la composición nutricional y verificar si los datos coincidían con la información declarada en la etiqueta del producto. Él relató que el motivo de la investigación fue detectar que el segundo ingrediente era agua y que «no tuviese una concentración tan alta en proteína».
Estos son algunos de los hallazgos revelados por el laboratorio: el valor energético se determinó en 58 calorías, ligeramente superior a las 56 calorías indicadas en el etiquetado, una variación que el experto califica como «insignificante». En cuanto a las grasas, mientras la etiqueta especificaba 0,5 gramos, el análisis de laboratorio arrojó 0,7 gramos, una discrepancia que también considera de poca relevancia.
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Una discrepancia con los carbohidratos
La cosa cambia cuando Vidal habla de los carbohidratos: «respecto a los carbohidratos aquí sí apreciamos ya cierto cambio. En la etiqueta detalla 3,3 gramos y el resultado de laboratorio es de 4,6. Es decir, un 28% más. Y respecto a las proteínas, en la etiqueta detalla 9,6 gramos y el resultado en laboratorio ha sido de 8,4. Es decir, contiene un 10% menos», asegura.
@elcoachnutricionalAnálisis laboratorio stracciatella + proteína mercadona♬ sonido original – Roberto Vidal
Eso si Vidal también especifica que las normas nutricionales establecen unos márgenes de tolerancia para entrar dentro de lo ‘aceptable’: «En el caso de los macronutrientes establece que si la etiqueta pone que lleva menos de 10 gramos por cada 100 de producto puede cometer un error de hasta dos gramos. Lo que hemos podido comprobar es que este producto contiene realmente 1,3 gramos más de carbohidratos, no supera los dos de diferencia, y 1,2 gramos de proteína, por lo que tampoco supera los dos gramos de diferencia».
Finalmente, destaca que la normativa exige que este margen de error «debe ser favorable para el consumidor», y en este caso, señala que parece suceder lo contrario. Y es que, al final, estamos hablando también de marketing y, por lo general, no creo que la gente, en sus casas, se ponga a analizar sus yogures bajo el microscopio para comprobar si los están timando o no. Y precisamente por eso es tan importante el trabajo de expertos como Vidal.
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Fuente: El Huffpost.
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