Una comensal de ‘First Dates’ le falta el respeto a su cita como nunca ha sucedido

No hay ni une entrega de ‘First Dates’ que no se acabe convirtiendo en noticia. Muchos anónimos acuden al restaurante más famoso de la televisión con la intención de recuperar la ilusión por el amor, pero no siempre la cosa termina bien. Las citas a ciegas corren siempre el riesgo de no saber a lo que te vas a tener que enfrentar y eso da pie a que veces sucedan situaciones surrealistas como lo que ocurrió con dos mujeres que han saltado a los medios.

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Judith es una mujer que tiene tres hijos, de anteriores relaciones con dos hombres distintos, pero siempre ha sabido que le gustaban las mujeres. Ahora, libre de una vez por todas, ha acudido a ‘First Dates’ para encontrar el amor en una mujer. «En su momento, pues en mi casa dije lo que me gustaba y se truncaron las cosas. Por eso con 13 años me fui de casa», dijo recordando su historia en los totales del programa.

Pero a pesar de su ilusión y sus ganas, todo se truncó cuando vio a Beth entrar por la puerta y es que la comensal dijo sobre ella: «Parece mi tía, que tiene casi 70 años». El desagrado pareció ser mutuo y es que Beth, solo dos años mayor que Judith, comentó: «Esos encajes que lleva no van conmigo. Yo no juzgo que una persona esté más delgada o gorda, pero si yo estuviera así no vestiría así». La cosa prometía y no precisamente para bien.

Ambas pasaron a la mesa y allí cenaron juntas, aunque tenían objetivos totalmente diferentes: una buscada tranquilidad y otra quería movimientos nuevos y cambios. Sus opiniones estuvieron chocando durante toda la velada, pero el mayor momento de tensión llegó cuando Judith quiso cantarle una canción a Beth que hizo que esta le faltase de respeto de una manera que pocas veces se ha visto en el programa presentado por Carlos Sobera.

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«Casi se me cae el cielo encima. Esto es lo típico que veo en casa y pienso: ‘¿qué haces, subnormal? ¿No ves que estás haciendo el ridículo?’ Ella misma se habrá dado cuenta de que lo estaba haciendo», dijo con desprecio sobre el gesto que acababa de tener su cita. Como era de esperar, cuando llegó el momento de tomar la decisión final, ninguna de las dos quiso volver a ver a la otra, así que cero sorpresas.

Por último, esperamos que esta cabra te alegre el día: