Luis Rubiales está contra las cuerdas. El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol tiene varios frentes judiciales abiertos y, como probablemente ya sabréis, ninguno le da motivos para ser ‘optimista’. Y es que, tras pasarse unos meses ‘perdido’ por República Dominicana, el empresario ahora ha tenido que volver a España citado por la Guardia Civil, quien lo detuvo al poner un pie en el aeropuerto de Barajas.
A pesar de que ya está en libertad a la espera de ser citado por un juez, Rubiales carga a sus espaldas con una imputación por varios presuntos delitos de corrupción relacionados con contratos firmados en su etapa como presidente de la RFEF.
Rubiales ya dio una entrevista para ‘El Objetivo’ de La Sexta, donde Ana Pastor le preguntó de todo, pero si hoy estamos aquí es porque, ahora, el que ha hablado es su tío, que además fue también su jefe de gabinete. «Él está enrabietado, frustrado, enfadado con el mundo. Con un ataque de soberbia de decir ‘me están poniendo contra la pared. Yo con lo que he sido y soy’ y sabe que miente porque es un mentiroso compulsivo», asegura Juan Rubiales para La mirada crítica.
Muchas revelaciones comprometidas
Estas palabras llegan meses después de su cese como jefe de gabinete: «Me dice que hay que buscar una forma para que a su padre le llegue dinero», reveló antes de asegurar que, al negarse, provocó su propio despido. «Me dijo ‘vete de aquí tío no te quiero volver a ver, ya sé de qué vas‘», aseguró.
Según el exjefe de gabinete, le comunicaron su despido en un correo electrónico que le llegó a las diez y media de la noche: «Lo último que sé de él es que me entero de que dijo ‘si la cosa se pone mal vamos a acusar a mi tío que era jefe de gabinete‘», añadió.
Los años de cárcel que pide la Fiscalía a Luis Rubiales por el pico a Jenni Hermoso
Lo que está claro es que la imagen que tiene Juan Rubiales de su sobrino no es nada positiva, ya que lo cataloga de «embustero compulsivo», «un hombre ambicioso, obsesionado por el dinero, el lujo, el s**o, por las grandes bacanales gastronómicas…». Estas palabras, como ya os podréis imaginar, han dejado a muchos de piedra.
En el ámbito profesional, Juan Rubiales define a su sobrino como un hombre obsesionado ‘con el poder’: «Y a través de ahí conseguir el dinero, el s**o. Por eso he dicho que necesita ayuda psicológica y seguramente un plan de reeducación social porque es autoritario, machista, por momentos racista… Tiene todos los perfiles del personaje que podríamos definir como un típico Torrente», ha expresado sin ningún tipo de duda.
«Tiene todos los perfiles del personaje que podríamos definir como un típico Torrente»
Juna Rubiales, por lo visto, también fue uno de los primeros en acudir a denunciar a su sobrino: «Me fui a la Fiscalía anticorrupción. El día de antes que voy a declarar, a través de un hermano se pone en contacto conmigo y dice que quiere mantener una reunión conmigo, que me pide perdón«, ha asegurado en su entrevista.
«Un día estamos en el despacho y él dice: ‘tenemos que empezar a hacer una bolsa de dinero para repartírnosla por si la cosa va mal’. Y yo le dije que no quiero saber nada de esto. Él me dijo: ‘Es muy duro ver pasar millones por tus manos y que no se te pegue nada'», aseguró Juan Rubiales respecto a algunas de las cosas que, según él, hacía su sobrino y que a él no le gustaban en absoluto.
Respecto a la polémica fiesta de Salobreña, Juna Rubiales ha asegurado que no solo era una fiesta plagada de alcohol y mujeres, sino que estas eran particularmente ‘jóvenes’: «me parecieron muy jóvenes, le dije a Luis: «Pero si estas chicas tienen 18 años, podrían ser tus hijas».
Y en estas estamos ahora mismo.
La Vanguardia.
Por último, esperamos que este erizo te alegre el día:
