Cuando viajamos fuera de nuestras fronteras nos asombramos con las costumbres de los otros países. Lo cierto es que lo mejor es hacer siempre lo que veas hacer a las personas del sitio en el que estés. Las redes sociales están llenas de contenido sobre las distintas diferencias culturales que existen entre numerosos países. De hecho, entre los mismos europeos existen mil formas de ser.
España se encuentra entre los países más generosos
En los últimos días, un mapa de Europa ha dado la vuelta por todas las redes por varios detalles. En la imagen, se analizan los distintos países europeos con respecto a las probabilidades que existen de que sus ciudadanos te inviten a comer a casa de manera inesperada. El usuario de Twitter @WallySierk lo ha compartido en su perfil y ha querido explicar algún que otro detalle.
Entre los países que más te invitan a comer, como no podía ser de otra manera, se encuentra España, además de Portugal, Italia, Grecia o Turquía. En definitiva, los países del sur. Lo más curioso es que España ha sido el único país en el que no existe un solo color. En comunidades autónomas como País Vasco, Asturias o Cantabria es menos probable que te inviten a comer a casa con respecto a las otras.
Pero si hay un país que se está llevando a la palma en cuanto a los más tacaños es, sin duda, Holanda. En Twitter, la tuitera @Trufa_a hizo un hilo contando algunas de las experiencias que ha vivido junto a holandeses. Más de 22.000 personas le dieron like a la publicación y es que las historias no son para menos. «La pava que me mandó un tikki (básicamente es una petición de transferencia bancaria) porque me dejó 10 céntimos que me faltaban para pagar una bolsa de plástico», fue lo primero que contó.
Os hago un hilo con la gente más rata que me he encontrado en holanda y los momentos que me han hecho cortocircuitar totalmente: https://t.co/Dw0pgRwY71
— Amalia ✨🌞 (@trufa_a) May 1, 2023
«Su café era más barato que el mío», contó la tuitera
Otra de las cosas que contó, fue: «En el descanso de clase voy a tomarme un café con una compañera, ella se pide un café solo y yo con leche. Paga ella. A la semana siguiente se repite la operación, pago yo. Me pide que le dé 30 céntimos porque su café era más barato que el mío en ambas ocasiones. Treinta céntimos». El hilo está lleno de historias similares a esta.
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Fuente: LaSexta
Por último, esperamos que este erizo te alegre el día:
