La monja que confesaba a Rosario Porto rompe su silencio y revela datos que nadie sabía

El ‘Caso Asunta’ se ha convertido en el nuevo fenómeno de Netflix. La serie, producida por Bambú Producciones (que anteriormente se había encargado del docujmental) y protagonizada por Candela Peña y Tristán Ulloa, recrea la investigación y los hechos que envuelven el asesinato de Asunta, una niña de 12 años que fue encontrada sin vida en el municipio coruñés de Teo.

El jurado popular declaró por unanimidad culpables a los padres de la pequeña, Rosario Porto y Alfonso Basterra, que fueron condenados a 18 años de cárcel por asesinato con premeditación. El padre cumple condena en prisión, pero la abogada se quitó la vida en prisión en 2020 tras varios intentos de suicidio en su celda. 

En los siete años que pasó entre rejas, Porto se había mostrado muy religiosa y se confesaba con la monja del centro penitenciario de Teixeiro. Ahora, la monja ha hablado con el magazine de La 1 ‘Mañaneros’ sobre cómo había sido su trato con la asesina y la impresión que tenía de ella. 

Porto, una mujer «desequilibrada» y sin amistades

La religiosa contó que consideraba al resto menos que ella y tuvo que ser ingresada en un centro psiquiátrico: «Allí se habla de todo, ella se comunicaba con las muchachas, pero las consideraba inferiores. Era una mujer desequilibrada, tal vez el entorno familiar o social la hacían parecer la persona adecuada. Estuvo en La Robleda, un sanatorio psiquiátrico aquí, en Santiago de Compostela, en Galicia», expresaba. 

La monja explica también que Porto no se relacionaba mucho socialmente y le afectaba lo que decían de ella: «A mi parecer pensaba mucho en sí misma porque estaba siempre preocupada de lo que la prensa decía de ella, de lo que la televisión decía de ella (…) No tenía muchas amistades o simpatías. Tenía ganas de cariño, pobrecita. Creo que no tenía ganas de morir, tenía ganas de hacerse notar”. Cuenta que, por ejemplo, cuando iba al taller, «venía con auriculares, porque ella no se comunicaba con el resto de las muchachas». 

¿Qué opina de Alfonso Basterra?

También fue la monja confesora de Basterra en la prisión de Teixeiro en A Coruña y, hacia él, no tenía tanta simpatía: «No me ha tratado, era absolutamente ajeno a mi presencia. Se paró un día en el patio y me dijo: ‘Buenos días, hermana’. Y esa fue la primera vez que me reconoció, porque antes pasaba como si fuera una sombra. A Santiago no vendrá porque lo matan a tomates. Alfonso Basterra se quiere bastante a sí mismo, no creo que sea capaz de quitarse la vida«.

Finalmente, también reveló cómo se comunicaban los padres y el tipo de relación que tenían: «Se mandaban mensajes escritos. No veo cómo los mandaban con tanto sigilo y luego salían en los periódicos. Se los mandaban a través de otros presos. Dominaba más Alfonso a Rosario que Rosario a Alfonso«.

Fuentes: tikitakas – lavanguardia – otromundo

Por último, esperamos que esta cabra te alegre el día: