¿Cuánto es lo máximo que podemos estar sin dormir? La ciencia tiene una respuesta

El sueño es uno de los pilares fundamentales para el bienestar y el funcionamiento óptimo del cuerpo y la mente humana. Sin embargo, durante décadas, los científicos han estado fascinados por los efectos de la privación de sueño y cómo puede afectar al ser humano. Un experimento particularmente célebre en este campo es el «Experimento de Randy Gardner», que se llevó a cabo en la década de 1960 y proporcionó valiosos conocimientos sobre los efectos de la falta de sueño prolongada.

Randy Gardner tiene un sueño (y sueño)

Randy Gardner, un estudiante de 17 años en el momento del experimento, se convirtió en el sujeto principal de esta investigación. El experimento fue diseñado y llevado a cabo por un equipo de científicos liderado por William Dement, un destacado especialista en sueño y profesor de la Universidad de Stanford.

El objetivo del experimento era comprender los efectos de la privación de sueño a largo plazo en el cuerpo humano y la capacidad del individuo para funcionar de manera adecuada sin un descanso adecuado. Los investigadores buscaban obtener información valiosa sobre la capacidad de recuperación del sueño y cómo el cuerpo podría adaptarse a la falta de descanso.

El diseño del experimento

El experimento se llevó a cabo en la casa de Gardner durante 11 días consecutivos en enero de 1964. Durante este período, Gardner fue sometido a una privación total de sueño, lo que significa que no se le permitió dormir en absoluto. Aunque los investigadores permitieron que Gardner estuviera activo y realizara actividades para mantenerse despierto, no se le permitió tomar sustancias estimulantes ni cafeína.

Los hallazgos del experimento

A medida que avanzaba el experimento, los efectos de la privación de sueño en Gardner se hicieron evidentes. Después de aproximadamente 48 horas sin dormir, comenzó a experimentar dificultades de concentración y cambios en su estado de ánimo. A medida que pasaban los días, su salud mental y cognitiva se deterioraron aún más.

Gardner luchó con la confusión, la desorientación y las alucinaciones. Los investigadores notaron que su capacidad para tomar decisiones informadas se vio gravemente afectada, y también mostró dificultades para realizar tareas simples y coordinar movimientos básicos.

No lo intenten en sus casas

Después de los 11 días, Randy Gardner finalmente tuvo la oportunidad de dormir y descansar. Afortunadamente, se recuperó completamente en cuestión de días y no sufrió efectos a largo plazo debido al experimento.

A pesar de las críticas éticas recibidas, el Experimento de Randy Gardner brindó información invaluable sobre los efectos de la privación de sueño en el cuerpo humano. Se destacó la importancia del sueño para el funcionamiento óptimo del cerebro y el cuerpo, y se enfatizó la necesidad de una buena higiene del sueño para mantener una salud óptima.

En conclusión, el Experimento de Randy Gardner sigue siendo un hito en la investigación del sueño y una advertencia sobre los peligros de la privación prolongada de sueño. Si bien el estudio proporcionó conocimientos valiosos, es importante recordar que la privación extrema de sueño no debe ser replicada, ya que puede tener consecuencias negativas significativas para la salud y el bienestar general. En su lugar, es esencial priorizar el sueño adecuado como una parte integral de un estilo de vida saludable.

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