Comparte la surrealista experiencia que vivió con la policía cuando subió a su azotea a tomarse una birra

Si tienes una terraza (por pequeña que sea), lo más probable es que disfrutes de salir a tomarte una cerveza o un café en ella. Es un momento de relajarse, mirar al horizonte y que la brisa nos acaricie la cara. Una situación verdaderamente placentera… a no ser que seas el protagonista de nuestra historia de hoy.

Un descanso terriblemente estresante

Samuel Anaya, un joven tuitero de 27 años, compartió hace unos días en la red social de Musk la experiencia que vivió hace unas tardes en la azotea del edificio en el que actualmente reside. Al parecer, él pilló una cerveza para subirse a hablar con una amiga mientras, simplemente, contemplaba el paisaje.

Pasado un tiempo, se percata de que un coche de policía se detiene en el hospital que hay al lado de su casa y lo recibe el vigilante de seguridad del recinto. Es entonces cuando Samuel especula con que “ya se habrá liado dentro, habrá entrado un gorrilla y habrá formado la de Dios” ya que, por lo visto, este tipo de conflictos son relativamente habituales.

Hasta ahí todo relativamente normal… si no fuera porque, poco a poco, empezaron a llegar más coches de policía. Él, que no acababa de percatarse de lo que realmente estaba ocurriendo, siguió bebiendo y hablando con su amiga. No tenía ningún motivo para sospechar lo que se le vendría encima en muy pocos minutos.

Mientras seguía al teléfono, escuchó una voz que le habló por detrás: “Caballero, deje de hacer lo que está haciendo y no se tire”. Fue entonces cuando se percató del panorama real: “toda la patrulla de policía que estaba abajo rodeándome y ‘evitando’ que yo saltase”.

Mientras esto ocurría, llegaron dos camiones de bomberos para desplegar sus escaleras y socorrerlo, mientras que otros agentes de policía le pedían la documentación, cosa que él no llevaba porque se encontraba en su propia casa.

A pesar de sus explicaciones, la policía no se fiaba de él y lo escoltaron hasta su piso, donde él entregó sus documentos y, de nuevo, intentó aclarar lo ocurrido. Fue entonces cuando uno de los policías le soltó la frase «Madre mía la que has liado por tomarte una cerveza.». Samuel no daba crédito a lo que le estaba ocurriendo.

“Anoche contemplé mi propio suicidio, sin quererlo yo”, aseguró el joven que, durante las horas siguientes, estuvo en shock por lo ocurrido. En su hilo podéis leer el resto de la historia (y os prometemos que vale la pena).

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Fuente: El Español.

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