Te contamos qué es la «dismorfia de selfie» y por qué afecta a tanta gente

Creo que, a estas alturas de la historia, queda ya poca duda de que las redes sociales son un arma de doble filo. Por un lado nos muestran lo mejor del ser humano, pero, por el otro, son una fuente de toxicidad y potenciales problemas para nuestras vidas. Y es exactamente esto último lo que nos lleva al artículo de hoy.

Los trastornos que tienen que ver con la dismorfia corporal han experimentado un indeseado auge estos últimos años y, más concretamente, la dismorfia de selfie ha llegado con fuerza a la vida de muchas personas que se pasan muchas horas con un móvil en la mano.

Un trastorno en auge

¿En qué consiste este fenómeno? Pues en que, la persona que lo sufre, no puede evitar estarse comparando con los autorretratos que se hace con el móvil y que, en la mayoría de las ocasiones, están modificados con filtros «embellecedores».

La dismorfia corporal se da cuando sentimos que nuestro cuerpo no encaja con la imagen distorsionada que tenemos del mismo. Las personas que lo padecen acostumbrar a tener fuertes problemas de ansiedad, de inseguridad e incluso depresivos. Esto, a su vez, puede llevar a otro tipo de problemas como trastornos de la conducta alimentaria, entre otras cosas.

El famoso filtro Bold Glamour de Tiktok fue uno de los mayores fenómenos virales del año y, básicamente, sirvió para poner encima de la mesa el debate de cómo la tecnología condiciona nuestra salud mental en lo relacionado con nuestro aspecto físico y la imagen que damos en Internet.

«La dismorfia de selfi vendría siendo como una desconexión con la realidad. Cuando te miras en un espejo y empiezas a ver cosas que no hay. Cuando empiezas a mirarte y empiezas a descubrirte defectos que no tienes. Eso se describió primero en la anorexia, cuando chicas delgadísimas se veían en un espejo y se seguían viendo gordas aunque en realidad no lo estaban», detalló la periodista Karelia Vázquez en la entrega de esta semana del programa radiofónico ‘Hoy’ en El País.

Los colectivos más vulnerables

Este es un trastorno que afecta especialmente a los adolescentes y, en particular, a las mujeres. Todo esto, además, está estrechamente relacionado con la cantidad de horas del día que se dedican a las redes sociales. En diversos estudios, de hecho, apuntan a que una notable cantidad de mujeres de entre 16 y 25 años dedican hasta 5 horas a la semana a hacerse selfies.

En el momento en el que estas fotos se convierten en una dinámica vital, se comparten en redes y se espera con atención la reacción que van a recibir, se genera el caldo de cultivo perfecto para los problemas relacionados con las inseguridades y los complejos.

Llama también la atención el estudio realizado por un grupo de investigadores del Boston Medical Center, quienes aseguran que hasta el 2% de la población puede potencialmente desarrollar este tipo de trastorno.

En el estudio también se recoge que, estos últimos años, también ha habido un aumento notable de pacientes que acuden a centros de estética plástica para realizarse ‘retoques’ con tal de parecerse a la imagen que ven de sí mismos en redes tras aplicarse filtros.

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Fuente: El Huffpost.

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