La historia de la abuela cuya vida dio un giro radical gracias al culturismo

Sue Bettridge es una mujer de 54 años de edad, madre de tres hijos y abuela de tres nietas cuya vida dio un giro de 180º. En 2013 se divorció de su marido, a quien conocía desde los 15 años, y empezó a centrarse en el gimnasio. Y quién le habría dicho que entre las máquinas de fitness también encontraría al amor…



Separarse de alguien con quien había vivido tanto no fue nada sencillo, pero el ejercicio la ayudó muchísimo. «Separarme de alguien con quien había estado desde los 15 años me golpeó mucho, pero el entrenamiento físico me ayudó a recuperar mi confianza», explica.

Todo empezó con el gimnasio

Ella solía ir al gimnasio de forma regular sin más, pero tras seis años entrenando, un monitor le sugirió que podría probar el culturismo. «Siempre me había gustado el deporte y soy competitiva, pero nunca pensé en el culturismo hasta que uno de los entrenadores de mi gimnasio me dijo que encajaba y debería participar en la competición local«. Ella aceptó… y, para su sorpresa, ganó.

Esto fue solo el principio de su carrera en el culturismo; siguió participando en torneos y haciéndose con títulos nacionales e internacionales como, por ejemplo, el concurso de Miss Universo de la Federación Internacional de Fitness que se celebró en Corea del sur en 2014.

Sue sigue compitiendo en el máximo nivel en Nueva Zelanda y en el extranjero y tiene intenciones de volver a participar en el campeonato nacional de este año y, si las restricciones lo permiten, representar a su país.

Hechos el uno para el otro

Al mismo tiempo, trabaja como nutricionista y entrenadora en el gimnasio donde entrena seis veces a la semana. Fue en este mismo gimnasio donde, en octubre de 2018, conoció a su actual novio, Simon Roelants, un productor de cine de 60 años que también es un gran aficionado a ir al gimnasio.

¿Cómo empezó todo? Ella misma lo cuenta; «Lo había visto por el gimnasio y un día me invitó a tomar un café después del entrenamiento«. Y, desde entonces, el gimnasio (y el amor) los unió. «Somos la pareja perfecta. A los dos nos encanta el fisicoculturismo y la nutrición, y físicamente nuestros cuerpos tienen una definición similar: la gente suele decir que nos reflejamos«, cuenta Sue.

Sin embargo, Simon no participa en competiciones de culturismo, pero disfruta muchísimo haciendo ejercicio y, sobre todo, cuando lo practican en pareja.

Ya llevan dos años viviendo juntos y están comprometidos desde febrero del año pasado, cuando Simon le pidió la mano durante la boda de un amigo. La boda será el próximo 10 de abril y ambos están superemocionados.

Salud física y emocional

Sue ha querido aprovechar para mandar un mensaje sobre cómo el fitness puede ser una forma de empoderamiento. «Es una forma increíble de aumentar la autoestima. Nunca es demasiado tarde y nunca eres demasiado mayor para transformarte a ti misma. Es una sensación de seguridad difícil de explicar«.

Y es que, en todo este proceso, la motivación es la base. «Mantener una alimentación adecuada le dará a tu cuerpo las herramientas que necesita, pero cuánto cambias tu cuerpo dependerá de cuánto lo quieras. Si lo haces con dedicación y con un objetivo, puedes empezar a ver cambios en el primer mes«.

Ahora Sue espera poder inspirar a otras mujeres y ser un ejemplo de que a veces en la vida tocamos fondo, pero esto debe servir para hacernos más fuertes y recuperarnos.

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Fuente: metro

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