La polémica sobre el libro ‘El odio’, en el que José Bretón confiesa el asesinato de sus hijos, ha desatado un debate sobre los límites entre la libertad de expresión y el derecho a la intimidad de las víctimas. En medio de esta controversia, han surgido nuevos testimonios que ofrecen una mirada inquietante sobre la personalidad del parricida.
En el programa ‘Y ahora Sonsoles’, Juan Carlos, un antiguo compañero de celda de José Bretón, rompió su silencio para contar cómo era convivir con él en prisión. Juan Carlos, quien fue designado como preso de confianza y encargado de vigilarlo, confesó que desde el primer momento rechazó compartir espacio con alguien que había cometido un crimen tan atroz. «Yo no quería, pero no tenía más remedio que aceptarlo«, declaró.
«Es un pedazo de manipulador…»
El testimonio de Juan Carlos dibuja a un José Bretón frío, manipulador y calculador. «Es un pedazo de manipulador como la copa de un pino, mentiroso y de todo. Es increíble cómo puede estar sabiendo el daño que ha hecho, y cómo ha tenido el corazón de hacer eso a sus hijos«, insistía el exreo.
Uno de los momentos más tensos que vivió Juan Carlos junto a Bretón ocurrió una noche en la que decidió confrontarlo. Le pidió que, al menos, le dijera a su mujer dónde estaban los cuerpos de sus hijos para poder darles sepultura. Bretón negó toda responsabilidad: «No, yo no he sido, yo no he sido«, repetía. Al día siguiente, Juan Carlos fue trasladado de módulo, y más tarde, incluso de centro penitenciario.
Bretón recibía «montones de cartas» a diario
Según relata, Bretón «jugaba al ping pong como si no pasara nada, comprando y todos los días recibía montones de cartas de mujeres y gente que le decía que era una gran persona«. «Me acostaba por las noches diciéndome ‘cómo puede estar esta sociedad así’. Yo estaba pagando un delito, pero yo no estoy en esa locura», expresaba.
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Fuentes: antena3 – ondacero – tiramillas
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