‘First Dates’ se ha convertido en el programa de televisión número 1 a la hora de encontrar el amor, un lugar donde desconocidos se encuentran cara a cara con la esperanza de hallar una conexión especial. En un ambiente acogedor y romántico, los participantes tienen la oportunidad de conocerse, acompañados de cenas y conversaciones que a veces resultan en momentos inesperados, llenos de risas, tensiones o sorpresas. Cada episodio nos muestra lo impredecible de las emociones y cómo la química o la falta de ella pueden cambiar el rumbo de una cita. En este caso nuestra protagonista es Lucía, una joven de 22 años procedente de Alicante, que llegó al programa con la determinación de encontrar a una persona enérgica y cañera. 

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«Vida, solamente hay una. Mejor hacerlo que quedarte con las ganas»

Con una debilidad confesada por los chicos rubios y de ojos claros, Lucía se quedó deslumbrada al ver a Matías, el coctelero del programa, y hasta llegó a pensar que el posavasos que le entregó era una «carta de amor». La comensal se mostraba con energía y sin filtros, dispuesta a decir todo lo que pensaba, buscaba a alguien tan»cañero» como ella. Posteriormente, Laura Boado le presentó a Kevin, su cita de la noche, un joven empleado de una cadena de hamburguesas que también buscaba a alguien con una actitud desenfrenada. Sin embargo, la conexión entre ambos no fue inmediata; mientras Kevin quedó encantado con el aspecto físico de Lucía, el estilo relajado de él no acabó de encajar con la energía de la alicantina.

«Yo te voy a rematar. Es como un ajedrez»

Kevin admitió sentirse un poco intimidado por la presencia de Lucía, y lo expresó con sus primeras impresiones: «Lo primero que he pensado es que era muy guapa, iba muy bien vestida. Comparado conmigo, que vengo menos elegante… Ella es muy guapa». Mientras tanto, Lucía intentó crear un ambiente cómodo haciendo bromas y buscando una respuesta por parte de Kevin que no llegó. «Si no me vacilas, no hablas y no cuadramos… ¿qué hago? ¿Hablo yo misma sola?», se preguntó, mostrando su frustración al no recibir reciprocidad en la conversación. Aún sin enojo, pero algo desilusionada, explicó: «Soy una chica vacilona que intento sacarte algo para ayudarte a hablar un poquito, a vacilarme, a insultarme. ¡Dime algo! Yo te voy a rematar. Es como un ajedrez».

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Al final de la cita, aunque Kevin manifestó su interés por un segundo encuentro, Lucía rechazó la idea, prefiriendo no seguir adelante en el terreno sentimental. No obstante, dejó abierta la posibilidad de mantener una amistad, mostrando que aunque la química no se había dado, al menos podía surgir una conexión amistosa entre ambos.

Fuente: Marca