La vida de Rafa López, el concursante de ‘GH 4’ que pasó de ser cura a dirigir una discoteca ‘LGTBI’

Rafa López es, probablemente, uno de los exconcursantes de la historia de ‘Gran Hermano’ que más se merecen una película propia. Ingresó al programa tras abandonar el sacerdocio y, aunque estaba en pareja, no tenía intención de revelar su vida personal al público. Sin embargo, la dinámica del programa lo llevó a ser conocido como “el cura gay de GH”, un mote que, según él, tuvo un impacto profundo y doloroso en su vida privada. «Durante toda la edición había morbo con eso… Me sacaron del armario a patadas», comenta en una reciente entrevista con Outdoor, explicando que la exposición mediática le afectó mucho a nivel personal y le costó tiempo superar esa presión.



A casi dos décadas de su paso por el reality, Rafa reflexiona sobre su experiencia, reconociendo que le hubiera gustado actuar de forma diferente. «No quería que se montase una bola sobre mi salida del armario», recuerda, lamentando cómo en aquel momento intentó mostrarse discreto.

Una experiencia agridulce

“Siento que estaba en segundo plano, era como el discreto de la casa. Me da rabia porque hoy sería distinto. Yo soy una persona correosa, que le gusta dar su opinión… Hoy lo haría diferente», expresó, dejando claro que, de alguna forma, se arrepiente de todo aquello.

Eso sí, que se arrepienta de la forma, no quiere decir que se arrepienta de la experiencia en sí. Y es que ante la posibilidad de regresar al programa, Rafa no lo duda: «Volvería, claro que sí». Hoy en día siente que su personalidad es más sólida y está listo para afrontar cualquier reto en la televisión. Y es que la experiencia que dan los años…

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Y es que la vida de Rafa ha cambiado mucho desde su participación en Gran Hermano. Después de años de autodescubrimiento, se ha distanciado de la vida religiosa, aunque sigue sintiéndose creyente y vinculado con su antigua congregación. «Mi vida va por otro camino. La Iglesia me dio una formación, una forma de ser. Me siento creyente, cristiano, me relaciono con gente de mi congregación, pero me siento fuera», explica.

Actualmente, Rafa ha encontrado su lugar en Vera-Playa, un enclave naturista en Almería, donde vive desde hace años y comparte su vida con su pareja, Ramón, con quien planea casarse próximamente en una gran fiesta. Vera-Playa es un símbolo del estilo de vida naturista que Rafa ha adoptado y al que también ha trasladado su faceta empresarial con una discoteca LGTBI, un espacio donde, aunque no se exige el nudismo, se promueven los valores de inclusión y tolerancia propios del naturismo. Desde esta perspectiva, Rafa describe su vida como “normal, pero desnudos”, una forma de vivir sin prejuicios y con libertad, principios que ahora rigen su día a día.

Fuente: Telecinco.

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