Iñigo Errejón llevaría meses en terapia por su adicción al sexo y otras sustancias

El reciente escándalo en torno a Iñigo Errejón, ex portavoz de Sumar en el Congreso, ha sacudido el panorama político español. La dimisión del político de 40 años se produjo este jueves, sorprendiendo a muchos y desatando una serie de reacciones y especulaciones. Horas más tarde, se revelaba que su renuncia fue provocada por varias denuncias de violencia machista y acoso sexual. La dirección de Sumar, encabezada por Yolanda Díaz, no tuvo más opción que pedirle que dejara sus cargos y abrir una investigación interna para esclarecer los hechos.



Han sido muchas las revelaciones que se han hecho a lo largo de estas últimas horas, la mayoría de ellas, terribles, y lo que está claro es que todo este escándalo no ha hecho más que comenzar y todavía quedan muchísimas cosas por salir a la luz (probablemente, de otros casos de otras personas).

La cuestión es que, este viernes, El Confidencial reveló que Errejón había estado en terapia durante varios meses para tratar su adicción al sexo y a otras sustancias. Aunque desde Sumar ya se tenía conocimiento de su situación, el tratamiento no estaba resultando lo suficientemente efectivo. Esto llevó a la cúpula de la formación a la conclusión de que la dimisión era la única salida posible para evitar que el caso afectara más a la coalición. Yolanda Díaz fue quien pidió directamente la renuncia de Errejón, a lo que él accedió sin resistencia, aunque solicitó un día para abordar el tema con su familia y planificar su salida de la política institucional.

Hasta que ya no pudieron taparlo más

Fuentes de Sumar negaron que los comportamientos inadecuados de Errejón fueran de conocimiento general dentro de la coalición, señalando que los detalles eran conocidos principalmente por sus formaciones previas, Más Madrid y Más País.

La situación se hizo insostenible en los últimos meses, cuando empezaron a trascender sus comportamientos inapropiados. Personas cercanas a la formación admiten que Errejón no lograba controlar sus impulsos, lo que desembocó en su decisión de buscar tratamiento.

El escándalo y la dimisión de Errejón han generado un intenso debate sobre la responsabilidad de los partidos políticos en la gestión de conductas inapropiadas de sus miembros y la importancia de ser transparentes con este tipo de conductas, más cuando se es un partido pretendidamente feminista que, a su vez, lidia internamente durante años con dirigentes presuntamente agresores de mujeres sin apartarlos de forma inmediata.

La salida del político representa un golpe significativo para Sumar, un partido que ya estaba en unas cuotas altas de impopularidad y que, ahora, podría ver en este escándalo su ¡estocada final’. Pero lo más importante de todo esto son las víctimas: a ellas hay que darles la palabra y ellas tienen que ser las protagonistas a las que escuchar, atender y ayudar.

Fuente: Marca.

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