La mayoría de los mortales vivimos nuestra vida haciendo malabares para poder llegar a fin de mes. Lo normal es que el sueldo nos llegue bastante justo y que, a duras penas, podamos ahorrar algo de cara a irnos de vacaciones una vez al año un par de semanas (con suerte, seguidas). Pero hay gente que, por el contrario, tiene el dinero por castigo.
Hay personas en este planeta que, si lo desean, pueden comprarse un castigo, un cohete y hasta, como veréis en el caso de hoy, una isla privada. Esto es algo muy habitual en los millonarios que residen en Dubái, uno de los países en los que los millonarios más despilfarran su dinero en cosas que, con toda probabilidad, no necesitan.
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Exactamente por ahí va la historia de Jamal, un magnate del petróleo que decidió regalar a Soudi Al Nadak, su mujer, una isla en Asia valorada en 50 millones de dólares (casi nada, vamos).
Pero lo más curioso es el motivo detrás de este costosísimo regalo: que ella pudiese tener la libertad de ponerse un bikini, ya que en su tierra esto es imposibles debido a las restricciones culturales de Dubái.
Ella, por su parte, es una influencer con más de 380.000 seguidores solo en su cuenta de Instagram, red social en la que, precisamente, ella comunicó a sus seguidores esta notica de una forma que, como mínimo, resulta peculiar: “POV: Querías usar un bikini, así que tu esposo millonario te compró una isla”, escribió en un post.
¿Ella es realmente libre?
Con esta noticia, muchas gentes han debatido intensamente sobre la situación en la que realmente se encuentra la mujer respecto a su marido. El punto central de la crítica es que esta podría ser una forma de Jamal de tenerla ‘controlada’ y que solo se pueda sentir libre en un entorno que es propiedad suya. Y es que, recordemos, que la única persona que la verá en esa isla será su propio marido.
En uno de sus vídeos, por ejemplo, Soudi revela que su «única regla en la vida es estar siempre guapa”. Y es que, en general, ella centra todo su contenido en mostrar el dineral que tiene y lo mucho que puede gastar sin pensar en las consecuencias.
¿Es esto una jaula de oro? Pues todo apunta a que sí. Y es que, entre todas las condiciones y restricciones que le pone su marido, encontramos cosas como que no puede tener amigos del sexo opuesto y tiene que, de forma obligada, compartir su ubicación en vivo en todo momento, todo el día y todos los días de la semana.
Esta inglesa cuenta las estrictas reglas que tiene que seguir para estar casada con un millonario en Dubai
Fuente: La Vanguardia.
Por último, esperamos que esta cabra te alegre el día:
