El caso de Daniel Sancho se sigue actualizando. En este caso ha sido Silvia Bronchalo, la madre del condenado, la que ha arrojado un poco de luz sobre el estado actual de su hijo. Fue el pasado miércoles cuando la empresaria declaró ante los medios que Daniel se encontraba «bien» y en «periodo de adaptación» en la cárcel de Surat Thani, en Tailandia.
Recordemos que él fue trasladado a esta prisión el 30 de agosto justo después de ser condenado a cadena perpetua por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta y el posterior descuartizamiento del cuerpo. Si no le cayó una condena a la pena capital, fue por su colaboración durante las primeras investigaciones del caso.
En este preciso momento, tras la lectura y ejecución de la condena del pasado 29 de agosto, la realidad de Daniel ha cambiado por completo. Ya no solo porque, formalmente, es un criminal condenado, sino porque ahora le toca comenzar a hacerse a la idea de que, aún en el mejor de los casos (una posible reducción de condena tras la apelación), sí o sí se pasará unos cuantos años en el país del sudeste asiático.
Silvia, al lado de su hijo
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En declaraciones para el medio EFE, Broncalo aseguraba que su hijo «está bien. Está fuerte y está donde está, lógicamente, pero bien». Ella, al parecer, ha podido ver a su hijo en varias ocasiones a lo largo de esta última semana a pesar de que, en teoría, solo dispone de una visita a la semana.
La madre también dejó claro que las dos prisiones eran muy diferentes. En Samui estuvo de forma provisional desde el 7 de agosto hasta su traslado a Surat Thani el 30 de agosto, tras ser condenado. Pero claro, en un año ya había tenido tiempo de adaptarse a una prisión que, por otro lado, solo recibe a presos con condenas inferiores a los 15 años.
«Dentro de lo malo, está bien», asegura la madre
«Está en periodo de adaptación, ahora está en otra prisión, hay más gente, hay más presos de todo tipo y son otras reglas», detalló Bronchalo. Sancho se encontraría en la zona 6 de la prisión, que es de alta seguridad. En este módulo, el condenado comparte celda con 14 hombres más, todos asiáticos, salvo un europeo de origen austriaco. «Dentro de lo malo, está bien. Es muy fuerte», zanjó la madre.
Fuente: Mundo Deportivo.
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