Un esquiador que no conocía la nieve y un nadador que no sabía nadar: los deportistas más ‘random’ de los Juegos Olímpicos

Ya estamos en plenos Juegos Olímpicos de París y, como queda más que patente si los sintonizáis en la tele, sea la disciplina que sea, lo que vemos es a grandes profesionales, a los mejores en lo suyo, compitiendo por el oro. Pero esto, aunque os pueda sorprender, no siempre es así y hoy, como ya os adelantamos en el título, os contaremos la historia de dos deportistas que fueron a competir en los más grandes campeonatos… sin estar mínimamente preparados. Solo os adelanto que uno se fue al campeonato de esquí más importante del mundo sin haber visto nunca la nieve y, el otro, a los Juegos Olímpicos para competir como nadador sin saber nadar.

El esquiador que no conocía la nieve

¿Te imaginas competir en un deporte sin haber experimentado nunca su entorno? Así empieza la increíble historia de Adrián Solano, el esquiador venezolano que se ganó el corazón de muchos en el Campeonato Mundial de Esquí Nórdico de 2017.



Nacido en Maracay, Venezuela, donde el sol brilla y la nieve es solo un mito, Adrián Solano tenía un sueño: pero, en ese improbable contexto, él lo que deseaba era convertirse en esquiador de fondo. Sin nieve a la vista, entrenaba sobre ruedas, sobre patines, deslizándose por las calles de su ciudad y soñando con la fría y blanca superficie que no vería por primera vez… hasta su primer campeonato mundial.

El Viaje de la discordia

En enero de 2017, Solano se dirigió a Suecia para entrenar, pero su odisea comenzó en el aeropuerto Charles de Gaulle en París. Al ver a un venezolano con esquís y sin nieve a la vista, las autoridades francesas pensaron que era una broma y lo detuvieron, acusándolo de ser un inmigrante ilegal. Tras días de interrogatorios, fue deportado a Venezuela, con su sueño temporalmente en pausa.

 

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Su primer encuentro con la nieve

Contra todo pronóstico, Solano llegó a Lahti, Finlandia, para el Campeonato Mundial de Esquí Nórdico. Allí, por fin vio la nieve por primera vez. Sus primeras zancadas en la pista fueron… bueno, más bien resbalones y caídas. Su desempeño en la carrera fue tan accidentado que se convirtió en una sensación viral, ganándose el apodo de «el peor esquiador del mundo» eso sí, con una sonrisa en la cara.

Las redes sociales explotaron con videos de sus caídas, y aunque algunos se rieron, muchos más lo aplaudieron por su valentía. Después de todo, no todos los días ves a alguien enfrentarse a la nieve por primera vez en un campeonato mundial de este calibre.

El nadador que no sabía nadar

Éric Moussambani, conocido como «Éric el Anguila», es un nadador ecuatoguineano que ganó fama durante los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. A pesar de haber comenzado a nadar solo ocho meses antes y de entrenar en condiciones precarias, Éric se clasificó para los Juegos gracias a una invitación especial del Comité Olímpico Internacional, destinada a fomentar la participación de atletas de naciones en desarrollo.

El tío jamás había nadado y empezó a practicar en las costas de la playa y en una pequeña piscina de un hotel que se la prestaba de madrugada, justo cuando el hotel cerraba al público. Ahí fue que Éric se preparó todo lo que se tenía que preparar para la competición de natación más exigente del mundo. Pero ojo, que hay sorpresa.

 

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En su carrera de 100 metros estilo libre, Éric se encontró solo en la piscina porque sus dos competidores fueron descalificados por salidas en falso. Completó la distancia en 1:52.72, un tiempo mucho más lento que los nadadores profesionales, pero recibió una ovación de pie del público por su valentía y esfuerzo. Su participación ejemplificó el espíritu olímpico y lo convirtió en una figura inspiradora a nivel internacional. Actualmente es entrenador del equipo nacional de natación de Guinea Ecuatorial.

Por último, esperamos que esta cabra te alegre el día:

😲 Este micro abierto en la retransmisión de RTVE de los JJOO desveló el mal rollo que hay en el equipo