Vivimos en un mundo plagado de estímulos en el que es terriblemente fácil llevarse malos entendidos con el entorno que nos rodea. Casi nunca nada es lo que parece y, como veréis en la historia que os traemos hoy, esto es algo que se puede aplicar incluso cuando lo que quieres es ir a comprar unos inofensivos subrayadores. Eso sí, puede que, de paso, te lleves una divertida y viral historia. Que nunca está de más.
El tuitero Daniel (@Zanediet) compartió una hilarante anécdota en su cuenta de X sobre un malentendido al entrar accidentalmente en un se* shop en lugar de una papelería. El opositor a judicatura relató que, mientras buscaba subrayadores en Valencia, tuvo lo que él cataloga de «confusión» y que lo llevó a un lugar muy diferente al que él quería ir (o, al menos, eso es lo que asegura). Ahora veréis toda su historia.
Vengo a contar lo que me acaba de pasar en Valencia yendo a comprar subrayadores para la opo:
Iba por la calle un poco empanado cuando me he cruzado esta tienda de manualidades. Su estética minimalista, su colorido interior y el puzzle del cartel insinúan que es una papelería. pic.twitter.com/3AtUy3LrH5
— Daniel a Dieta (@Zanediet) May 20, 2024
«Iba por la calle un poco empanado cuando me he cruzado esta tienda de manualidades. Su estética minimalista, su colorido interior y el puzzle del cartel insinúan que es una papelería.», relataba el hombre en el primer post de su viral historia.
Pero claro, al entrar y pedir los subrayadores al dependiente, se dio cuenta de que había algo extraño en el lugar… puede que no fuese una papelería: «Mi mente se pone alerta: «¿eso de la estantería no parecen consoladores?». Miro a mi alrededor, en silencio.»
Esas estanterías no tienen bolígrafos…
Tras darse cuenta de que claramente se había equivocado de negocio, avergonzado, admitió su confusión y se disculpó: «Perdona, pero me voy por donde he venido. Pensaba que era una tienda de manualidades… o sea, de manualidades es, claro… jaja, pero venía a por subrayadores, perdón».
El dependiente aún no ha hecho contacto visual conmigo. Me quedo en silencio, en shock, petrificado. Doy una vuelta sobre mi mismo, y me doy cuenta de que no estoy en una papelería moderna y coquette.
Estoy en un puto sexshop, rodeado de pollas de colores. pic.twitter.com/E5qcqCxGFb
— Daniel a Dieta (@Zanediet) May 20, 2024
«En segundos, intento encontrar la forma de salir de allí con la poca dignidad que me quedaba (si es que algún día la tuve). Acepto mi derrota y decido humillarme aún más con la verdad por delante.», reconoce el tuitero.
La anécdota desató risas en las redes, con muchos usuarios comentando la falta de atención de Daniel: «El maniquí con arnés de la entrada. Daniel: Ah una mochila gótica para el portátil», «Ánimo con la oposición!!! Espero que no sea para trabajar en el CNI» o «Pero Zane por favor, si se ve ahí la pieza de puzzle metiéndole todo todito a la otra» son solo algunos de los comentarios que se han podido leer en la publicación.
Publicación que, en este preciso momento, ya acumula más de 1.6 millones de impresiones y más de 4.000 ‘me gusta’… que se dice pronto.
🤯 Van a un Airbnb con jacuzzi y lo que les pasa supera todas las expectativas nefastas imaginables
Fuente: El Huffpost.
Por último, esperamos que esta cabra te alegre el día: