La noche del 3 de mayo de 2007, Madeleine McCann desapareció de su habitación en un resort de Praia da Luz, Portugal. Desde entonces, los investigadores han estado trabajando incansablemente para descubrir la verdad sobre su misteriosa desaparición y esclarecer los múltiples datos que han surgido a lo largo de los años (que no son precisamente pocos).
Recientemente, la familia McCann fue informada de que un testigo había presentado durante el juicio contra Christian Brueckner, principal sospechoso del caso, dos correos electrónicos relacionados y pruebas gráficas en un disco duro. Este hallazgo trajo un rayo de esperanza a la familia que, por fin, veía lo que podía ser una luz al final del que ha sido un túnel muy largo: su hija esta a punto de recibir la justicia que se merecía.
Problemas con las pruebas
Sin embargo, en un nuevo giro de los acontecimientos, el juez a cargo del juicio contra Brueckner, quien ha sido acusado de múltiples agresiones sex*ales en el Algarve entre 2000 y 2007, ha decidido anular la detención del sospechoso por falta de evidencias, según informó Lecturas. Esta decisión ha sido un golpe devastador para la familia de Madeleine, que, casi dos décadas después, aún no sabe qué le sucedió a su hija de cuatro años y, tras estos acontecimientos, no parece que lo vaya a saber en breves.
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Actualmente, Christian Brueckner está cumpliendo una pena de siete años de prisión por la violación y asesinato de una mujer de 72 años en Praia da Luz. Se espera que salga de prisión a principios de 2025. Además, Brueckner, de 47 años, enfrenta acusaciones por la viol*ción de Hazel Behan, una mujer irlandesa de 40 años, quien fue atacada a punta de cuchillo por un hombre enmascarado en su apartamento en Portugal hace 20 años. Behan recuerda vívidamente los ojos «brillantes y azules» de su agresor.
Algo no ‘encaja’
En el juicio, cuando se le preguntó a Behan si podría identificar a su agresor solo por los ojos, respondió: «Cuando pasas tiempo en esa situación y no hay nada más que puedas ver, es lo único que puedes recordar. Me perforaron el cráneo y nunca los olvidaré».
Este caso continúa siendo una fuente de dolor e incertidumbre para la familia McCann y un desafío persistente para las autoridades que buscan justicia y respuestas sobre la desaparición de Madeleine. Lamentablemente y tras este tipo de decisiones judiciales, la cosa no parece que vaya a encontrar una resolución en breves.
Fuente: La Vanguardia.
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