A veces creemos, inocentemente, que estas cosas ya no suceden (o que solo suceden en determinados países que, desde una perspectiva occitocéntrica, consideramos más machistas que el nuestro). Sin embargo, noticias como esta hacen que nos demos cuenta de que todavía queda mucho por hacer… y de que deberíamos revisar en primer lugar nuestra propia moral y la de los que tenemos cerca.
El verano del año pasado, una chica de 27 años fue a nadar a una piscina municipal de la ciudad de Besançon (Francia) y acabó siendo expulsada por el socorrista del lugar. ¿La razón? La forma de la parte de abajo de su bañador. Según el hombre, no era lo suficientemente adecuado para nadar allí.
Tara Paillard llevaba un modelo de bikini cuya parte inferior es más estrecha por detrás que una braga normal pero menos que un tanga de hilo. Comúnmente se le llama «brasileña», y su uso está totalmente extendido por cuestiones estéticas en muchas partes del mundo. Al hombre en cuestión, no obstante, le pareció que era demasiado «provocativo» y «poco apropiado».
La joven alegó que había estado usando el mismo traje de baño durante un año entero y que era la primera vez que la habían discriminado por llevarlo: «la semana pasada fui a Suiza a bañarme en los baños termales y nadie me dijo nada (…) me repugna». Además, según el diario regional ‘L’Est Republicain’, en la entrevista que concedió la chica explicaba que solo se disponía a hacer deporte y despejar la cabeza después del trabajo, pero que había acabado sintiéndose como una niña de 14 años (y eso que tiene 27).
Miradas sexistas
«¿Le hubiese pasado lo mismo a un hombre?», se preguntaba la joven acertadamente. Y es que este tipo de juicios y tratos discriminatorios suelen recaer en su gran mayoría en las mujeres. No siempre porque se considere que visten de forma «provocativa», también por no cumplir con lo que se supone que deben llevar según su género. En 2018, en una piscina municipal de Alicante, Gemma tuvo que aguantar que el socorrista le llamara la atención por llevar un bañador que él consideraba «masculino». El Ayuntamiento del pueblo tuvo que acabar disculpándose para que no le cayeran más quejas, lo mismo que ha hecho la piscina municipal francesa con Tara.
Y tú… ¿Cómo crees que puede concienciarse sobre este problema? ¿Te ha ocurrido alguna vez algo parecido?
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Fuente: estrepublicain.fr
Por último, esperamos que esta cabra te alegre el día: